Me mezco por la ciudad
Me mezco por la ciudad,
ahuyento la tristeza en todas sus versiones,
la cambio por las posibles ficciones
y me sangra la maldad.
La prisa es el infarto de la urbe,
mis ojos no sólo ven,
mis manos son lo que den,
las rectas siempre encuentran quien las curve.
No quiero echar de menos lo que no tuve,
ni que el tiempo desordene aficiones,
sólo quiero estar parado frente al cambio.
El verde baja, el rojo sube,
la ciudad difumina intenciones
pariendo consecuencias sin palacio.