Queridos visitantes, esta canción compuesta hace ya algún tiempo es un compendio de experiencias que se acumularon en mis años de convivencia sevillana con un amigo gaditano, capaz de convertir cualquier situación monótona en un cuadro surrealista, con pinceladas de flirteo capaces de desafiar a cualquiera con un poco de sentido común.
Desde aqui mi más sincero agradecimiento a ese amigo/hermano que encontré en la capital, cuando malviviamos en ese barrio tan étnico llamado Macarena. Gracias, porque cogí un pedacito de su vida y la metí en una canción. Es un homenaje a él y a todas sus mujeres (ya pasadas, que despues no quiero problemas con su mujer, jeje). Un abrazo para todas, porque todas fueron buenas, y por supuesto para su epicentro, un gaditano canalla con una velocidad de aceleración de palabra jamás oida.
SOBRE TODAS
Sobre aquellas primeras
que hostigaron a tu verdadera
razón de querer.
Sobre las que mintieron
y en Londres te dieron
dos besos en mojado papel.
Sobre las del fin de la primavera
que forjaron la noche de eterna
donde el río besaba el asfalto.
Sobre las que sin paraíso
más que la alcoba de un quinto piso
a ser Adán te invitaron.
Para las pioneras
del cine del morbo
que muy poco a poco
gastaron tu sed de fronteras.
Sobre todas hicimos canción,
sobre todo de la ausencia de indiferencia,
de la virtud de la locura sin clemencia,
sobre todo de la falta de amor,
pero...
que no habiten tu pena
corazones de lata y carmín,
mariposas que en la primavera
de noches y entregas amaron París.
Que no traguen recuerdos
esas socias del mini y la falda,
esa flor, ese lunar en la espalda,
la virtud, la razón de los cuerdos.
Parca luz del aquel mayo febril.
Sobre la hija de un militar
que un segundo te invitó a soñar
en la instrucción de su boca.
Sobre las del alma desafinada
que por no soñar ni besaban
y cosen la bandera del que sufre.
Sobre aquellas del muy breve adiós
demostrando avieso corazón
al regalar el sol de los lunes.
Sobre los símiles de bayaderas,
la miel del canto en su comisura,
en tu cama misceláneas cinturas,
que bebieron de aguas del Sena.
Sobre la colegiala inocente
la bendita sin ganas de verte,
la doncella de la alameda.
La reina de los zaguanes
el ángel de las mitades,
la diosa de la coquetas.
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